El jardín del zodiaco II
«Un pensamiento llena la inmensidad» (William Blake, El matrimonio del cielo y el infierno, 1793).
Hubo un tiempo en el que sufría por la mortalidad de todo cuanto me rodeaba. Me era imposible ignorar la paulatina decrepitud, casi palpable, del mundo, hasta los objetos parecían marchitarse con sólo mirarlos. Pero lo que más me aterraba era descubrir la imparable condenación de mi mente, de mis ideas y mis recuerdos. Entonces decidí encontrar algo que trascendiera la materia y que pudiera germinar, para ocupar un nuevo estado de existencia en el que yo pudiera depositar mis ideas y recuerdos. Y allí está, en la oscura eternidad de otra realidad que nunca cesa, que nunca muere ni se agota. A veces escucho los susurros de su reflejo, como saludos desde otra dimensión, en un gesto amistoso, o así lo creo al menos.
Recrear maquetas de esta transmutación me hace sentir que tal vez la próxima vez pueda saltar y ser yo quien escape del tiempo.
Obras
Buenas noches, pequeño cielo
Buenas noches, pequeño cielo (instalación efímera para Art Nit, Mallorca). 2100x450cm. Plástico negro y plástico transparente. 2019
Las plantas no mueren en el espacio
Las plantas no mueren en el espacio ( instalación pictórica). Medidas variables. Acrílico sobre lona y soporte de hierro. 2015
Agujeros negros
Starbush galaxy. Anilinas sobre papel. 54x93cm. 2017
Dibujo en papel.