JORGE DE LA CRUZ

Detalle clavos y cascabeles

Hombre rizoma

Proyecto de escultura efímera consistente en la creación de pequeños altares mágicos que son realizados y abandonados en distintas partes de la ciudad. Las obras experimentan una paulatina destrucción hasta llegar a su desaparición total, pero estas modificaciones por parte de los viandantes se consideran dentro del proyecto como una forma de evolución, un intercambio de energía que impulsa un crecimiento de la obra. Finalmnete la escultura se transforma en una red invisible llena de intervenciones anónimas, un entramado de historias que constantemente brotan e invaden el sustrato yermo de las ciudades en las que vivimos.


NACER vídeo de escultura efímera. 4:12".


CRECER vídeo de escultura efímera. 12:13".


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MANIFIESTO Y CONCEPTO DE EL HOMBRE RIZOMA

Texto de Javier Arriero para la sección “Interpretarte” de la plataforma Talentyart
Jorge de la Cruz: hombre rizoma, la escultura del diálogo
8 de noviembre del 2010

Un rizoma es un tallo subterráneo que se desarrolla horizontalmente, emitiendo raíces y brotes herbáceos. Los rizomas crecen indefinidamente, ya que producen nuevos brotes cada año.
El hombre es un animal social. Si la sociedad en que se inscribe se deshumaniza, sus pasiones adquieren formas subterráneas. El hombre se desarrolla horizontalmente, enraíza en el lugar que habita y establece brotes de vínculos con cuanto le rodea. El hombre crece indefinidamente, porque cuanto le rodea, le transforma.
El filósofo Gilles Deleuze también usa el rizoma como metáfora: frente a los modelos de conocimiento jerárquicos  contrapone un modelo rizomático, en el que cualquiera de los elementos que lo constituyen tiene la misma importancia en la estructura total.
Jorge de la Cruz expresa esta idea a través de la escultura efímera:
“la escultura es la semilla del proyecto, es el tubérculo desde el que saldrán nuevas raíces. Estas esculturas parten de la materialización de vivencias o conflictos autobiográficos, y no pretenden establecer una narración con el espectador, sólo hacerse ver, sólo quieren estar, y con ellas mi misión de expresarme y hacerme valorar queda satisfecha.”
Hasta aquí, la escultura efímera todavía es un discurso vertical. Pero su objetivo final no es ocupar el centro de la narración; su verdadero objetivo es salir a la calle en busca de un interlocutor.
“Cuando estas piezas escultóricas son dejadas el lugares públicos sufren una laboriosa transformación por parte de los viandantes; cualquiera que sea el motivo de su acción contribuye a mi causa, pues el espectador interfiere con una obra que es libertad total y expresión, y su intrusión en ella es al mismo tiempo libertad y expresión. Tanto si la escultura es ampliada, u observada, o incluso mutilada, cualquier acción de propia voluntad es la construcción de otro tótem que ese ciudadano erige dentro de la red, haciéndose ver y existir al igual que yo hice.
El proyecto hombre rizoma NO es arte participativo ni performance, aquí el espectador no está condicionado ni se le da unas pautas de acción. En el hombre rizoma, el ciudadano construye a la par que yo hice como artista, con los mismos riesgos y favores, y colabora en la construcción del rizoma de la  misma manera.”
 Así es como una forma de expresión vertical se transforma en un diálogo en el que el espectador deja de serlo y se convierte en coautor a través de la acción; y cada una de las acciones que cada uno de los autores ejercen sobre la escultura participa en igualdad de condiciones dentro de la estructura total.
Mediante un acto impulsivo, el espectador asciende al lugar protagonista, se inscribe en el rizoma, cuya totalidad compone una forma especial de tejido social. Especial, porque esa inserción en la totalidad se produce a partir de un acto espontáneo, y por tanto instintivo. Y al liberar ese instinto subterráneo, el participante se humaniza. Es esta forma de expresión basada en lo irracional lo que transmuta al objeto en tótem, dotándolo de una energía ciega emparentada no con la razón, sino con el corazón, y por tanto con un tipo de magia que no procede de la fuerza externa al individuo, sino que es la liberación de la voluntad contenida en él. La materia transformada en energía.
“Llevo a cabo toda esta idea, esta red, mediante el uso del ritual mágico, altares en donde los objetos adquieren su máximo potencial connotativo, y que se articulan como auténticos generadores de energía. Toda la acción transcurre de una forma intuitiva, el ritual realiza una petición y ofrece un sacrificio, los maderos son la referencia a la naturaleza como base de todo, y los cascabeles la llamada, la voz de la escultura. La magia es la energía que se deposita en la escultura, el convencimiento de que lo que se hace es efectivo, es valioso. ”

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Proceso escultura Nacer

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Vista escultura Crecer

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